¿Qué es una cláusula abusiva? Definición y ejemplos esenciales

¿Qué es una clausula abusiva?

Una cláusula abusiva es aquella disposición en un contrato que perjudica al consumidor, creando un desequilibrio significativo en los derechos y obligaciones de las partes. Estas cláusulas tienden a ser desproporcionadas y pueden inclinar la balanza a favor de la empresa, banco o proveedor de servicios, en detrimento del cliente. Por ello, existen leyes que protegen a los consumidores frente a estos abusos y buscan garantizar condiciones contractuales justas y equilibradas.

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Definición de cláusula abusiva

Una cláusula abusiva es aquella que introduce condiciones en un contrato que favorecen al empresario o proveedor de servicios, perjudicando y vulnerando los derechos de los consumidores. Este tipo de cláusulas crea un desequilibrio en las obligaciones de las partes, beneficiando exclusivamente a una de ellas.

Estas cláusulas pueden aparecer en diversos contratos suscritos por dos o más personas, incluyendo:

  • Contratos de gastos hipotecarios.
  • Contratos de alquiler.
  • Compraventa de bienes y servicios.
  • Servicios de empresas como Securitas Direct y entidades financieras como Kutxabank.
  • Tarjetas revolving.
  • Contratos de trabajo, entre otros.

Al incluirse como requisitos que solo benefician a una parte, las cláusulas abusivas colocan a la otra parte en una posición desventajosa, obligándola a asumir pérdidas o responsabilidades desproporcionadas. Por esta razón, la ley establece que estas cláusulas serán consideradas nulas y se tendrán como no puestas.

Normativa sobre cláusulas abusivas

Las disposiciones legales en materia de cláusulas abusivas se encuentran en varias normativas, entre ellas:

  • La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.
  • El artículo 1254 del Código Civil, dentro del Título II, Libro IV, Capítulo I, sobre disposiciones generales de los contratos.
  • La Ley 7/1998, de 13 de abril, que regula las condiciones generales de contratación.
  • La Sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas de 27 de junio de 2000, que interpreta las cláusulas abusivas en contratos con consumidores según la Directiva 93/13/CEE del Consejo.

En esta sentencia, el Tribunal Europeo define las cláusulas abusivas como aquellas condiciones incluidas en un contrato entre un profesional y un consumidor sin negociación individual.

¿Cuándo se considera que una cláusula es abusiva?

Una cláusula se considera abusiva cuando, al evaluarla, se toma en cuenta la naturaleza de los bienes o servicios objeto del contrato, las circunstancias del momento en que se firmó y el conjunto de condiciones en el contrato. La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, en su artículo 10, especifica cuándo una cláusula puede clasificarse como abusiva:

  • Cláusulas que subordinan el contrato a las exigencias del empresario.
  • Aquellas que restringen los derechos del consumidor.
  • Cláusulas en las que no existe reciprocidad entre las obligaciones de ambas partes.
  • Condiciones que imponen al consumidor la carga de la prueba o garantías desproporcionadas sin justificación.
  • Cláusulas que violan normas sobre competencia y derecho aplicable.

Opciones del consumidor ante cláusulas abusivas en contratos

 Si un consumidor identifica una cláusula abusiva en el contrato firmado con una empresa, puede actuar de las siguientes maneras:

A. Presentar una denuncia ante la Administración de Consumo

El consumidor puede denunciar la cláusula abusiva ante la Administración de Consumo, que puede gestionar expedientes sancionadores contra empresas que incluyan tales cláusulas en sus contratos. No obstante, este organismo no puede declarar la nulidad de la cláusula; esta facultad corresponde exclusivamente a los tribunales de lo civil.

Acudir a los Juzgados especializados en cláusulas abusivas

Los contratos, como acuerdos formales entre un prestador de servicios o empresario y el consumidor, obligan a ambas partes. Si el consumidor considera abusiva alguna cláusula, puede interponer una acción judicial contra la empresa o proveedor. El tribunal analizará el caso para determinar si la cláusula es abusiva, y si se confirma, se declarará su nulidad, como si nunca hubiera existido. Además, el juez decidirá si la nulidad afecta solo a la cláusula o también al contrato en su totalidad.

Procedimiento para declarar una cláusula como abusiva

El proceso para declarar abusiva una cláusula comienza cuando el consumidor presenta la demanda ante los Tribunales de lo Civil. Una vez aceptada la demanda, el juez convoca a ambas partes para analizar si la cláusula es abusiva. Si el juez confirma la nulidad, el resto del contrato sigue en vigor, siempre que sea posible excluir la cláusula impugnada sin afectar la validez del contrato.

La declaración de una cláusula como abusiva es exclusiva de los jueces; ningún otro organismo tiene autoridad para ello. Por tanto, si un consumidor detecta el abuso tras firmar el contrato, su única vía de acción es llevar el caso a los tribunales.

Recomendación al Firmar Contratos
Para evitar situaciones de este tipo, es fundamental revisar cada cláusula antes de firmar. Si se identifica una cláusula abusiva, lo mejor es no firmar el contrato e intentar una negociación para modificar dicha cláusula.

Cláusulas abusivas en las hipotecas: ¿Cuáles son y cómo afectan al consumidor?

Las cláusulas abusivas bancarias son disposiciones impuestas unilateralmente en los contratos de préstamos hipotecarios, sin posibilidad de negociación para el consumidor. Esto crea una situación de desigualdad en los derechos y obligaciones del hipotecado. Debido a la falta de transparencia en la inclusión de estas cláusulas, los tribunales han declarado muchas de ellas como nulas, dado el perjuicio que causan al consumidor. Algunas de las cláusulas abusivas más comunes en hipotecas incluyen:

1. Cláusula de vencimiento anticipado

Permite a la entidad financiera dar por terminado el contrato si el prestatario incumple ciertas obligaciones, como el impago de doce cuotas. Esta cláusula también se incluye en escrituras de hipoteca, lo que autoriza al banco a exigir la devolución total del préstamo en caso de impago. Aunque el Tribunal Supremo de España considera que las cláusulas de vencimiento anticipado son válidas, en ciertos casos específicos pueden declararse nulas.

    2. Reclamación de gastos hipotecarios

    Esta cláusula obliga al consumidor a asumir todos los costos relacionados con la formalización del préstamo, incluyendo gastos de notaría, tasación, gestoría y registro de propiedad. Debido a la injusticia de esta disposición, los tribunales la han considerado abusiva, permitiendo al consumidor reclamar estos gastos.

      3. Cláusula suelo

      Esta cláusula establece un tipo de interés mínimo que se aplica aunque el Euríbor disminuya, manteniendo el interés en un nivel por encima del mercado. A menudo no se explicaba a los consumidores su efecto financiero, lo que llevó a los tribunales a declararla abusiva y permite que el consumidor recupere las cantidades pagadas de más.

        4. Cláusula diferencial

        En hipotecas variables, el interés suele componerse de un índice de referencia (como el Euríbor) y un diferencial. Algunas entidades aplican un diferencial excesivamente alto, limitando la reducción de las cuotas cuando el índice de referencia baja, lo que se considera una cláusula suelo encubierta.

          5. Cláusula de seguro de vida

          Esta cláusula requiere la contratación de un seguro de vida vinculado al préstamo, con condiciones desfavorables para el consumidor. La cláusula puede considerarse abusiva si el seguro se firma el mismo día que el préstamo, si el consumidor no lo solicita, o si el asegurador pertenece al mismo grupo que la entidad financiera. Ante una negativa de la institución a resolver el contrato, el consumidor puede acudir a la vía judicial.

          6. Cláusula IRPH

          El Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH) es una alternativa al Euríbor en hipotecas variables. Aunque su inclusión en contratos fue considerada poco transparente, el Tribunal Supremo determinó que su aplicación no es abusiva, aunque sí cuestiona la claridad con la que se ha utilizado.

            Estas cláusulas representan prácticas contractuales que, en muchos casos, generan perjuicio económico para los consumidores, quienes pueden buscar amparo legal para eliminarlas de sus contratos y recuperar las cantidades pagadas indebidamente.

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